¿Cuál es el lado oscuro de las Redes Sociales y cómo afecta a nuestra autoestima?
En los últimos años se ha producido un incremento de enfermedades como la depresión, los trastornos alimenticios, los trastornos de la personalidad, la ansiedad…
Muchas de estas enfermedades mentales están relacionadas con el uso de las redes sociales. Tienen un impacto negativo sobre la autoestima de las personas.
¿Qué es la autoestima?
La palabra autoestima está formada por el término griego auto, que quiere decir por sí mismo, y la palabra estima, del verbo latín aestimare, que significa evaluar y valorar.
Por tanto, la autoestima es la conclusión emocional y racional de la percepción que tenemos de nosotros mismos. Constituye, además, la base sobre la que sostener nuestra salud psicológica.
La necesidad de aceptación de los demás
Para muchas personas, su autoestima viene determinado por la opinión que tengan los demás sobre ellas. Y no es de extrañar, ya que responde a una de las mayores necesidades humanas. La necesidad de aceptación por parte del grupo.
Hay que tener en cuenta que la necesidad de aceptación fue algo vital para los humanos del pasado. No sentirse aceptado podía implicar la expulsión y el rechazo del grupo, y por tanto una mayor dificultad para sobrevivir.
Incluso hoy en día, a pesar de que vivimos en tiempos modernos, seguimos actuando bajo la influencia de conseguir la aprobación de los demás.
El problema es que para muchos jóvenes y adolescentes, las redes sociales son el pilar sobre el que edificar la percepción que los demás tienen sobre ellos. Esto supone que las redes sociales tengan un impacto en la autoestima. Y que pueda llegar a generarse un sentimiento de falsa aceptación o de éxito.
Estas personas suelen mostrar una imagen al mundo que rara vez se corresponde con la realidad. Tienen la necesidad de perpetuar su falsa imagen para poder gustar a los demás al pensar y sentir que serán rechazados si realmente se mostrasen como son.
Para ellos, los comentarios positivos, los “likes” y el número de seguidores son tan importantes que pueden llegar a poner en riesgo su propia vida con el fin de crear un gran impacto entre sus seguidores.

La idealización de uno mismo.
Las redes sociales no solamente contribuyen a desvirtuar la imagen que los demás tienen de nosotros, como se ha mencionado anteriormente, sino que también implica una deformación de la percepción que tenemos sobre nosotros mismos.
Cuando analizamos el contenido que los usuarios suben, podemos ver que la mayoría tiene la intención de mostrar su mejor imagen.
Por lo general, las fotografías, los vídeos o incluso los comentarios suelen estar cuidados, pensados y retocados, lo que provoca una pérdida de autenticidad. Esto provoca que en muchas ocasiones se llegue a crear una pseudo-identidad. Es decir, una falsa percepción sobre nosotros que implica fuertes discrepancias entre los diferentes Yoes de uno mismo (Teoría de la auto-discrepancia).
Según esta teoría, desarrollada en 1987 por Edward Tory Higgins, cuando se produce una falta de armonía entre el Yo real (quién somos), el Yo ideal (quién queremos ser. El reflejo de nuestras aspiraciones) y el Yo responsable (lo que los demás quieren y esperan que seamos), se produce un conflicto psicológico marcado por emociones como la desesperación, la insatisfacción, la decepción, y la tristeza, que tienen un efecto demoledor en nuestra autoestima, llegando incluso a no saber ni quiénes somos. Es lo que se conoce como trastornos de la personalidad.
La comparativa social.
Otro de los aspectos que tiene un impacto negativo en nuestra autoestima es la comparación que nos hacemos respecto del contenido idílico de las redes.
Hoy en día, las redes están saturadas de imágenes y vídeos de cuerpos y rostros perfectos, casas maravillosas, paisajes paradisíacos y vidas extraordinarias. Cuando los usuarios consumen este tipo de contenidos, no pueden evitar hacer una comparativa no intencionada. Esto implica que pueden llegar a rechazar algunos aspectos de ellos mismos por no corresponder a los cánones que se distribuyen por las redes sociales.
Esto supone, como dice la doctora Donna Wick (fundadora de Mind-to-Mind Parenting), el desarrollo de las condiciones adecuadas para la creación de la tormenta perfecta de baja autoestima.
Por tanto, no es de extrañar el auge de algunas enfermedades de autoestima como la depresión, el trastorno de la personalidad o trastornos alimenticios a raíz de un mayor uso de las redes sociales.
La adicción a la dopamina
Otra de las consecuencias de la baja autoestima y que está relacionada con las redes es la ansiedad derivada por la adicción.
Las notificaciones de comentarios y “likes” activan las áreas cerebrales de recompensa, liberando dopamina y creando la necesidad de volver a recibir las notificaciones cada cierto tiempo, de tal forma que, si no consultamos nuestras redes habitualmente, generamos ansiedad.

Las redes sociales pueden ser realmente perjudiciales en la autoestima de las personas, especialmente si atravesamos una mala época.
Para poder lidiar con un mundo cada vez más “social” sin que nuestra autoestima se vea mermada, es necesario tomar ciertas medidas. Por ejemplo el establecimiento de horarios o simplemente la limitación en el consumo de ciertos contenidos.
A fin de cuentas, se trata de construir una relación sana con las redes sociales.
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