Actualmente, una de las mayores aportaciones que han hecho las investigaciones en los tiempos modernos es la relación entre la alimentación y el bienestar emocional.
Hoy en día, sabemos a ciencia cierta que el tipo de alimentos que ingerimos no sólo nos aporta la “gasolina” necesaria como para hacer frente a nuestras demandas energéticas vitales, sino que además afecta a nuestras emociones.
Esta nueva manera de entender la alimentación pone en entredicho cómo nos alimentamos y plantean la siguiente pregunta:
¿Hay alimentos que nos hacen más felices y otros que nos roban felicidad?
El aparato gastrointestinal. El segundo cerebro.
Debido al gran número de neuronas (100 millones) y al cierto grado de autonomía que presenta con respecto al cerebro, el aparato gastrointestinal es denominado como el segundo cerebro. Y esta estrucutra explica el estrecho vínculo entre nuestro estado de ánimo y los alimentos.
La relación entre la alimentación y el bienestar emocional depende de los mensajes que nuestro aparato gastrointestinal le envía.
Como indica el profesor Michael Gershon (investigador de la Universidad de Columbia, EEUU), parte del bienestar emocional cotidiano depende de los mensajes que el cerebro intestinal envía al cerebro craneano.

La serotonina, una de las principales hormonas de la felicidad, es un neurotransmisor que influye en el estado de ánimo y que es producida y almacenada en un 90% en nuestro estómago. Ciertas enfermedades, como por ejemplo el estreñimiento, implican una carencia de serotonina lo que nos lleva a ser más pesimistas y reducir la lívido sexual.
Además, el 70% de nuestras células del sistema inmune están localizadas en el intestino y si éste no funciona correctamente, pueden aparecer enfermedades de la piel como dermatitis, psoriasis, acné, piel atópica y manchas.
Al alimentarnos de manera incorrecta, podemos sufrir de estreñimiento, gastroenteritis, infecciones… alterando la manera en que trabaja el estómago que repercute no sólo en la salud física, sino también a la emocional.
Como indica Emeran Mayer, (profesor de Fisiología, Psiquiatría y Ciencias del Bio-comportamiento de la Universidad de California.) una gran parte de nuestras emociones probablemente se vea influida por los nervios de los intestinos.
La alimentación adecuada para el bienestar emocional
Sin embargo, afortunadamente hoy en día se conocen cuáles son los alimentos que influyen positivamente a nivel psicológico.

En el segundo cerebro hay mil millones de bacterias que influyen en la producción de neurotransmisores. Y si optamos por comer de manera incorrecta, como por ejemplo comida basura, puede causar patologías que impide su producción.
Si la producción de neurotransmisores no funciona adecuadamente, el aparato gastrointestinal envía esa información al cerebro. Por tanto, nuestro estado emocional es afectado negativamente.
Alimentarse de patatas fritas, hamburguesas, chocolate y perritos calientes puede dar cierta sensación de alivio, pero sólo de forma pasajera. Por ejemplo, el azúcar provoca inflamación que promueve el crecimiento de bacterias en el aparato gastrointestinal. Y aunque de manera inmediata hay un aumento de la producción de dopamina, al poco tiempo sufriremos una caída de los niveles de azúcar. Lo que llega a provocar estragos en nuestro estado de ánimo.
Para poder llevar a cabo una alimentación saludable que repercuta positivamente en nuestras emociones no es necesario someterse a dietas esclavas. Basta somplemente en incluir en nuestra ingesta una dieta variada, fresca y real (libre de alimentos procesados).
Si nos alimentamos de manera saludable, la producción de neurotransmisores se optimiza y los mensajes que recibe el cerebro son positivos. De esta forma, conseguiremos a mejorar nuestro bienestar emocional y por ende a sentirnos más felices.
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