Flow es la pluma de Shakespeare escribiendo Macbeth. Es la novena sinfonía de Beethoven. El Eureka de Arquímedes. Un estado mental puro en el que lo divino y lo humano se funden en un mismo ser.
Es un lugar de la mente donde el tiempo se deforma. El máximo nivel de concentración en la tarea que estás realizando. Es el manantial de la creatividad.
Se te olvida comer. Se te olvida dormir. Estás en otro lugar. No existe pasado. No existe futuro. Estás en el aquí y el ahora.
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Como dijo el psicólogo húngaro – americano Mihály Csíkszentmihályi en su libro “Flow: The Psychology of Optimal Experience”, es un estado mental que podemos experimentar cuando estamos absortos en algo, llegando a olvidarlo todo, excepto lo que estamos haciendo.

¿Habéis sentido alguna vez esa sensación? Estáis realizando alguna actividad y de repente os sentís inmersos es lo que hacéis. De alguna forma, sin saber bien porqué, habéis conectado estrechamente con la tarea. Vuestra conciencia queda limitada exclusivamente a la actividad misma. Y el tiempo se ha distorsionado. Los minutos o las horas han volado mientras tenéis la sensación de que habéis saboreado cada segundo…
Muchos de nosotros, al vivirlo, llegamos a confundir este estado de la mente con el mindfullness. Es decir, con la atención plena. El aquí y el ahora. Y aunque hay similitudes entre ellos, también hay algunas diferencias importantes.
Una de las características comunes de cuando practicamos la atención plena y cuando entramos en un estado de flow, es que el tiempo queda distorsionado. Uno tiene la sensación de que el reloj va a diferente ritmo. Como si pudiéramos dilatar y contraer el tiempo.
Además, tanto en el minfullnes como en un estado de flow los niveles de concentración son muy elevados. Según las observaciones de la universidad de Yale, en la práctica del mindfullness se activan las regiones cerebrales correspondientes a la Red neuronal Orientada a Tareas.
Sin embargo, el aspecto diferencial por el cual distan mucho de ser parecidos es en lo referente a la conciencia. De hecho, son completamente opuestos.
Cuando entramos en un estado de flow, la conciencia está enfocada exclusivamente en la tarea que estamos haciendo. La percepción de estímulos externos queda completamente bloqueada, como si de alguna forma pudiéramos aislarnos del mundo. Pero en el mindfullness, nuestra conciencia no queda reducida sólo a la actividad misma, sino que se expande para abarcar todo lo que nos rodea. Nuestros sentidos están abiertos para recibir los estímulos, tanto externos como internos.
Otra clara diferencia es que el estado de flow nos puede dar información de nosotros mismos que difícilmente puede hacerlo el mindfullness. Esta información es esencial en nuestro proceso de descubrir nuestro propósito, ya que nos indica cuáles son las actividades que nos encantan y que se nos dan bien. Flow es el punto de unión de nuestras pasiones y nuestros talentos.
Como indica Mihály Csíkszentmihályi, hay una fuerte relación de este estado con el talento, la creatividad y la felicidad. En flow, llegamos a sentirnos inspirados y creativos y nuestra destreza alcanza un nivel máximo.

Cuando experimentamos un estado de flow, uno tiene la sensación de haber nacido para eso. Estamos tan inmersos en la actividad que sentimos cómo se desarrollan nuestros talentos y capacidades. La productividad y creatividad se dispara y llegamos a tener momentos de increíble lucidez. Además, nos sentirnos arrastrados por una irresistible sensación de felicidad y plenitud. Por tanto, poder detectarlo es fundamental para Descubrir Nuestro Propósito. Para poder hacerlo, debemos de tener en cuenta las características propias de un estado de flow:
- La atención está exclusivamente focalizada en lo que estás haciendo.
- El nivel de concentración es muy elevado.
- Te llena de júbilo la actividad que estás haciendo.
- Sientes un estado de plenitud.
- Experimentas una distorsión del tiempo.
- Sientes una explosión de creatividad.
- Desarrolla tus capacidades y habilidades.
- No te cuesta esfuerzo realizarla.
- No sientes sueño ni hambre.
El estado de flow es una de las extraordinarias capacidades del ser humano. Es el origen de las grandes ideas, precursoras de maravillosas obras, inventos y proyectos. Conocer las actividades en las que entramos en flow es esencial para avanzar en nuestro desarrollo personal. Forma parte del camino del auto-conocimiento.
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