Las creencias limitantes

Podríamos definir las creencias como el conjunto de todas las afirmaciones, opiniones e ideas que tomamos como certezas y que forman parte de nuestro condicionamiento mental. Es decir, de la programación del subconsciente. Sin embargo, muchas de ellas son limitantes, y tienen consecuencias negativas en nuestro día a día.

Las creencias configuran las gafas con las que vemos la realidad y hay que tenerlas muy en cuenta a la hora de descubrir nuestro propósito.

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Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto” Henry Ford

Si de repente pudiéramos meter en una bolsa las creencias que están arraigadas en el subconsciente, necesitaríamos de una muy grande para que pudieran caber todas. El motivo es que realmente las necesitamos, ya que es la forma que tenemos de interpretar la realidad y nos ayudan a manejarnos en el mundo. Todas ellas forman una guía con la que nosotros basamos nuestras acciones.

Los seres humanos nadamos en aguas llenas de creencias de todo tipo. La gran mayoría de ellas no tienen demasiada importancia. Sin embargo, algunas pocas, tienen consecuencias perjudiciales para nosotros. Son las llamadas creencias limitantes.

La mayoría de las creencias limitantes surgen cuando somos niños. Generalmente antes de los 7 años, que es la edad en la que somos capaces de absorber todo aquello que oímos, sin cuestionarlo. Es cuando el cerebro es altamente programable. Si escucháramos repetidamente frases como “Las cosas se consiguen con esfuerzo””, o “no te puedes fiar de nadie”, el cerebro lo registrará y la tomará como cierta, afectando a futuras decisiones y acciones.

Otras veces, sin importar la edad, surgen debido a una experiencia vivida anclada a una fuerte emoción. Como por ejemplo “no puedo vivir con mi pareja” o “todos los jefes son malos”.

Este tipo de ideas, opiniones y pensamientos fuertemente arraigados en nuestro subconsciente pueden tener efectos negativos en la persecución de nuestros objetivos y en nuestra vida. ¿Cómo llegaríamos a actuar si de verdad creemos que “no valemos para estudiar”? ¿O cómo podríamos llegar a formar una familia si realmente pensamos que “los hijos sólo dan disgustos”?

Como indica Wolfgang Hoffman, “Lo que ocurre es que las creencias limitantes elaboran interpretaciones sustitutas de situaciones o hechos que le son difíciles de manejar al individuo, distorsionando la realidad a la que se enfrenta

Las consecuencias de las creencias limitantes

  • Nos imposibilitan: Las personas que están bajo el efecto de las creencias limitantes llegan a percibirse a sí mismas como incapaces o seguras de no merecer, lo que provoca que las alternativas que tienen a la hora de hacer frente a las diferentes situaciones sean muy limitadas.
  • Nos enferman: Desde el punto de vista psicológico, son mentes enfermas, fijas en sus ideas, angustiadas, que sufren de estrés y ansiedad. Son personas que no son libres para expresar sus ideas, siendo el resultado de lo que el entorno, sus padres, su educación y la sociedad dicen que sea.

Una de las tareas fundamentales de los que nos dedicamos al mundo de Desarrollo Personal es trabajar sobre las creencias limitantes de nuestros clientes. Es decir, romper los altos y férreos muros mentales para que puedan crear cambios sustanciales y favorables en sus vidas.

Para conseguirlo, lo mejor es transformar las creencias limitantes en creencias potenciadoras.

Las creencias potenciadoras son aquellas que nos ayudan a adaptarnos a los nuevos retos y nos empoderan. Por ejemplo “Sin sacrificio no hay beneficio”. Esta creencia potenciadora nos ayuda a mantenernos persistentes y a esforzarnos para conseguir lo que queremos. Otro ejemplo sería la creencia potenciadora de “Yo tengo la capacidad de superar cualquier desafío” que nos da coraje y motivación para superar adversidades.

En nuestra mano está poder cambiar nuestra realidad creando nuevas creencias potenciadoras que sustituyan a las limitantes. Nuestro mundo está creado por la mente, por cómo lo interpretamos y lo percibimos. Si transformamos nuestra forma de interpretarlo, cambiaremos la forma en que actuamos.

“La realidad es creada por la mente, podemos cambiar la realidad al cambiar nuestra mente.” Platón

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